martes, 29 de mayo de 2007

SUBMARINO AMARILLO II


Una mañana estábamos explorando música en el Submarino Amarillo. Carlos como siempre allí sentado, conversaba con nosotros sobre nuestros exiguos gustos y preferencias. Lufe, quien fue el primero de nosotros en comprar un LP, tomó en sus manos un disco de Kraftwerk. Creo que era el Computer World, y le preguntó a Carlos sobre el grupo. Él, como era su costumbre, lo puso a sonar. La expresión de Lufe fue de disgusto y Carlos con una leve sonrisa sólo atinó a decirle "...usted todavía tiene que escuchar mucho Black Sabbath para que le guste eso..." En efecto, fue premonitorio. Tiempo después Lufe se convirtió en el principal adorador de Kraftwerk y hasta hoy, creo que no olvida ese episodio.

viernes, 25 de mayo de 2007

EL SUBMARINO AMARILLO



Corría el año de 1982. Estudiaba en el Tecnológico Pascual Bravo apenas mi tercer año de bachillerato. En palabras de hoy, estaba en octavo grado. Eran los días en que las trifulcas a piedra en las afueras del colegio eran fenomenales. Al frente quedaba el Liceo Antioqueño, de tradición revoltosa y revolucionaria, y en nuestro Colegio estudiaba Fabio Villa, ahora perdido en el mar de la política, quien tenía un discurso tan poderoso que era capaz de enardecer hasta los más apáticos. Nuestra jornada empezaba a las 6:45 a.m. A veces nos tocaba llegar al Colegio y volver a salir de inmediato. El antimotín era una presencia amenazante y el ejercito no dejaba lugar a dudas. "tienen quince minutos para salir todos..." recuerdo que nos juntábamos Fercho, a quien le decíamos Queen, Deyser, Lufe y yo. Caminábamos y caminábamos sin rumbo alguno. Bajábamos por Colpisos desde la 80 y llegábamos a la Iguaná o recorríamos la 80 hasta Colombia y llegábamos casi siempre a ninguna parte. Muchas de estas caminatas terminaban en el Centro. recorrer las calles y ver vitrinas era un buen programa.

Un día entramos al Centro Comercial Camino Real, ese era un punto obligado del recorrido. Luego de ver los almacenes de moda (¿recuerdan el famoso Vibraciones?) llegamos al sótano y allí encontramos un almacén de discos. Adentro un personaje que llamaba la atención. Muy alto, mediana edad, de bigote y ojos muy penetrantes. Siempre se sentaba de medio lado en una silla, en una posición relajada y nos miraba y miraba mientras nosotros recorríamos los estantes de discos, en esa época eran LP. Nada de Cd´s todavía. Nuestro conocimiento era muy limitado, lo que escuchábamos en la Voz de la Música, en Radio Disco y Radio Ritmos y lo que tenían algunos amigos. Ante nuestros ojos desfilaban grupos y grupos muy extraños, pero llamativos, en nuestras manos tuvimos algunas joyas sin saberlo. Mientras tanto, al fondo siempre la música y allí nos quedábamos horas enteras.

Luego de un tiempo, nos hicimos amigos de Carlos Aguilar. El dueño del Submarino Amarillo. Así comenzó todo. Nuestro interés por la música era voraz. Carlos comenzó por grabarnos casetes de 60 minutos. El primero, que aun conservo, marcado de su puño y letra, tenía por un lado Public Image Ltd, The Flowers Of Romance y por el otro lado Generation X.

Carlos era una persona sumamente culta y tenía un conocimiento de la música invaluable. Esa amistad nos duró muchos años.

Espero algún día realizar el documental sobre la vida de Carlos, quien murió hace un tiempo y contar esa historia para esta Ciudad del olvido.























jueves, 3 de mayo de 2007

LA EXTRAÑA INMENSIDAD


En Vivo

En directo

Desde la propia fuente

Desde el origen

Desde donde habla

la oscuridad

En Vivo¡

En directo¡

la extraña inmensidad



martes, 1 de mayo de 2007

BUKOWSKI

Arte
Cuando el
Espíritu
Se desvanece
Aparece
La Forma.



Charles Bukowski




VOCACIÓN


Quizá en 1987 o 1988. Eran mis inicios en la Universidad de Antioquia, tenía sólo 20 años y una avidez inusitada por la literatura. Eran unos tiempos de oscuridad y de miedo, en los que las muertes y la configuración de todo el odio que nos aplasta, estaba tomando un nuevo aire. En la U sentíamos un viento enrarecido. Hector Abad Gómez fue asesinado y estábamos por entrar en un letargo de 8 meses. Mi afición a las bibliotecas me hizo recorrer los sinuosos y oscuros pasillos de la biblioteca de la U. Sabía que allí habían muchos tesoros, esa era la sensación siempre que navegaba por sus interminables filas de libros. Recuerdo que me paraba frente a los estantes y simplemente escogía una letra y la recorría completa, mirando sólo los titulos y dejandome atraer por ellos. Mientras los demás estaban en sociología de la comunicación, psicología de la comunicación y medios de comunicación masivos, yo saltaba de Philith Roth a Borges, de Joseph Conrad a Ítalo Calvino, de Isaac Asimov a Hemingway, de Jane Austen (¡) a Dostoviesky, en fin había allí una mina que quería explorar de principio a fin, un camino tortuoso que definiría mi vocación por los hallazgos sin guía, esa obsesión por descubrir y ser el primero. Pobre de mi, cuando nunca se es el primero ni siquiera consigo mismo.

Entonces un día en el estante un libro se me presentó, literalmente salió y me olió, despedía un tufíllo a alcohol y tabaco: Se Busca Una Mujer, Charles Bukowski. Como siempre, lo tomé en mis manos y lo hojee, pensé en dejarlo nuevamente en la estantería, pero algo me movió, un cuento: Deje de Mirarme Las Tetas Señor. Empecé a leerlo allí parado en el corredor. No pude parar hasta el final y me convertí en una fanático del gran Hank. Era una prosa fenomenal, como nunca la había leído. Las historias sin referente y esa vitalidad sexual, genital e iconoclasta, fueron un golpe directo a mi cabeza. Devoré ese libro en un solo día y empecé a cargarlo dejando que todos mis amigos lo leyeran en los entretiempos. Al poco ya eramos varios fanáticos y algunos detractores.

De esa manera como encontré a Bukowski, he encontrado muchos cosas en la vida, excepto una vocación verdadera.



poesía



se

requiere

de mucha

desesperación

insatisfacción

y desilusión

para escribir

unos

pocos

buenos

poemas.

no es

para

todo mundo

ya sea para

escribirlos

o siquiera

para leerlos



Charles Bukowski