lunes, 24 de septiembre de 2007

BOGOTÁ Y M.M.

Salir a la capital, ese ritual que siempre nos permite cruzar estas agobiantes montañas, con la disculpa de ver a Marilyn Manson; llegar y sentir esos 2.600 mts que a algunos amigos les produce depresión y a otros locura. Encontrar Vinacure a medio armar, a Germán y su grupo y sentir esa vibración en el aire, ese espíritu de que llegará y agregará un lirismo onírico a la Ciudad. Sentir, con más fuerza, que vivimos en una tacita, no de plata, de pura y física pacatería: una tacita llena de mojigatos hasta el borde y perlada de patanes en ascenso.




Alojados en un monasterio restaurado en la Candelaria, por fin nos toca un pedacito de Europa (ahora entiendo a los argentinos, a los chilenos). En fin, toda una disculpa para ver y sentir ese aire respirado por el mismo Manson (llegó el viernes en la noche y se fue el domingo poco antes del mediodía), simple y potente rockero, que ya no necesita aires de anticristo, con su música le basta y le sobra.




Sentir el exorcismo del rock; la entrada vampiresca de M. M. en medio de una cortina de luz roja y densa; sentir las cuchilladas de su voz, brotando de su micrófono-puñal (sabrá M.M. que esa noche fue un sicario, pues portaba una sica...). Reconocer que la música no muere y se reinventa cada día: sentí a Bauhaus, a NIN, KSK, KMFDM... allí mezclados e interpretados de manera soberbia por sus músicos, pero sobre todo sentí una voz que me habló y despojó de todo cuanto había visto y escuchado y a pesar de las críticas (hubo mala logística, la tarima fue baja y no ubicaron pantallas para los pequeños y los de atrás en general) sentí otro pedacito, esta vez de primer mundo.



Bogotá
De seres sonrosados
taimados
de hombres grises
rapaces
de genios
vendedores
de príncipes
políticos
Bogotá, iluminada
tu aire se respira
delgado
eres una Geni
y cada vez
cada noche
cualquiera
puede dormir
entre tus
pútridas
piernas




jueves, 6 de septiembre de 2007

AMIGOS





A veces sólo queda

el rastro

sin rastro

de los amigos

Fantasmas

sin riquezas

Autoretratos

sin sombra

A veces las voces

Canciones olvidadas

-sólo sombras-